Desde muy joven, Aliki sintió una profunda conexión con su tierra: con sus paisajes, sus historias, sus silencios milenarios y su gente. El Perú, con toda su diversidad, no solo fue el lugar donde creció, sino también el lugar que decidió recorrer con los ojos bien abiertos y el corazón dispuesto a escuchar.

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Hoy, como guía turística, ha hecho de esa pasión su propósito de vida. Cada ruta que propone, cada viaje que lidera, es el resultado de años de exploración, estudio y compromiso. Con una calidez innata y un conocimiento profundo del territorio, ha acompañado a viajeros de todas partes del mundo, guiándolos no solo a través de paisajes, sino también de emociones.

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Guiar, para Aliki, no es solo mostrar. Es interpretar, traducir y conectar. Es tender puentes entre culturas. Es lograr que alguien se enamore de un lugar que quizás nunca imaginó. Es hacer del Perú un recuerdo imborrable en quienes lo visitan.